miércoles, 7 de abril de 2021

HALO SOLAR, Bucaramanga, Parque Santander, abril 05 de 2021

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lunes, 11 de enero de 2021

¿No quiere usar WhatsApp? Conozca cinco apps que pueden reemplazarla

Algunas de las plataformas alternativas de mensajería instantánea - Foto: Crédito: GettyImages/Tim Robberts/Stone

Existen varias aplicaciones que ofrecen servicios similares a esa aplicación las cuales podrían ser la mejor opción si los usuarios desean cambiar de plataforma de mensajería instantánea.

Dado que esta semana la plataforma de mensajería instantánea envió a sus usuarios la solicitud de aceptación de los nuevos términos y condiciones de WhatsApp, en los que la aplicación incorporó importantes cambios relacionados con el manejo de la información, muchas personas seguidoras de la app, están dudando si seguir utilizando la misma o mejor probar con otras plataformas que ofrecen el mismo servicio.

Los temas de relevancia señalados en estas nuevas condiciones tiene que ver con tres puntos fundamentales, el primero de ellos es sobre la manera en que la plataforma procesa los datos de los usuarios; el segundo es sobre cómo las empresas pueden usar los servicios alojados en Facebook para almacenar y administrar los chats de esa aplicación y por último, cómo la plataforma de mensajería pronto se asociará con Facebook para ofrecer integraciones más profundas en todos los productos de la empresa matriz.

Según esto, las nuevas incorporaciones de WhatsApp indican que la plataforma compartirá la información de los usuarios con Facebook y otras aplicaciones, recolectando datos de contactos, información de terceros con los que el usuario interactúa, incluso la dirección IP o ubicación de quienes la utilizan, lo que para muchas personas representa un enorme riesgo de privacidad pero que deberán aceptar si quieren seguir usando la aplicación.

¿Qué pasa si no acepta los nuevos términos y condiciones de WhatsApp?

De esta manera, las personas que ven que seguir con esa aplicación no es una opción confiable, están buscando alternativas tecnológicas que le puedan brindar las mismas herramientas de comunicación que la plataforma de mensajería, por esa razón, acá presentamos algunas de ellas.

Con más de 200 millones de usuarios en activo, Telegram es una alternativa popular a WhatsApp. Esta aplicación basada en la nube es compatible con múltiples plataformas. Al igual que WhatsApp, emplea el sistema de doble tick para reflejar que el destinatario ha recibido el mensaje.

La aplicación ofrece un cifrado de extremo a extremo para llamadas de voz predeterminado, con lo cual nadie podrá escuchar tus llamadas. Sin embargo, el cifrado para los mensajes de texto tiene que activarse manualmente para evitar que se guarden registros.

Al igual que en el caso de Signal, Telegram ofrece la opción de borrar automáticamente un mensaje transcurrido un tiempo determinado, y también permite el intercambio de archivos multimedia.

Pros

  • Software de código abierto
  • Plataforma sencilla e intuitiva
  • Basada en la nube, por lo que nunca perderás información

Contras

  • El cifrado no viene habilitado por defecto y debe activarse manualmente
  • Emplea su propio cifrado estándar, lo cual ha sido criticado

Calificación: 4.5/5


Signal es gratuita, cuenta con un fuerte cifrado y funciona en todas las plataformas móviles. Como ocurre con la mayoría de las aplicaciones de mensajería, Signal es muy sencilla de usar y también ofrece llamadas de voz y video, de modo que no echarás en falta WhatsApp.

Signal tiene archivos de instalación para escritorio, de modo que podrás usar la aplicación tanto desde el ordenador como desde el teléfono.

Todos los mensajes están cifrados para que solo el que los envía y el que los recibe los puedan leer, de modo que los mensajes son totalmente ilegibles para piratas informáticos. Signal utiliza un cifrado de código abierto, lo que permite que expertos lo comprueben para encontrar fallos. Esto hace que la aplicación sea aún más segura.

Los usuarios pueden hacer que sus mensajes desaparezcan seleccionando un intervalo de tiempo tras el que se borra automáticamente; esto garantiza la privacidad, incluso aunque otra persona obtenga acceso al teléfono.

Signal no cuenta con emoticonos animados, pero puedes importar los emoticonos de tu dispositivo a la aplicación.

Pros

  • Cifrado de extremo a extremo
  • Cifrado de código abierto
  • Disponible en todas las principales plataformas
  • Mensajes que desaparecen

Contras

  • No tiene emoticonos animados

Calificación: 4.8/5

OTRAS


Otra opción para los que deseen probar otras alternativas diferentes a Whastapp es Slack, una herramienta de comunicación lanzada al mercado en el 2013 que está enfocada en facilitar el desempeño y la productividad de equipos de trabajo que laboran de manera remota. En ese sentido, la plataforma brinda la posibilidad de segmentar grupos y mensajes individuales a través de hilos de conversación, definir canales específicos para cada proyecto, compartir documentos, realizar llamadas de voz, videollamadas, entre otras opciones.

Así mismo está Line, una aplicación de mensajería para teléfonos móviles y computadores que brinda las opciones tradicionales de mensajería, envío de videos, imágenes, audio, llamadas y videollamadas. Es la ‘app’ número uno en más de 52 países y ofrece también la posibilidad de realizar videollamadas grupales, encuestas, sincronización de chats entre dispositivos, un amplio abanico de stickers y un timeline para compartir videos y fotos.
Y por último esta Hangouts, una plataforma de videollamadas y mensajería desarrollada por el gigante tecnológico Google, que por sus servicios ha tomado gran relevancia durante la pandemia de la covid-19. La plataforma permite realizar videollamadas de gran cobertura hasta con 10 personas al tiempo y ofrece el tradicional servicio de mensajería instantánea, aunque para usarla es necesario tener una cuenta de Google.

 

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domingo, 3 de enero de 2021

Qué es el "pensamiento catedral", una de las grandes lecciones de 2020 según el filósofo Roman Krznaric

Entramos al año 2021 y ¿qué nos pueden enseñar las grandes catedrales que se construyeron siglos atrás?
 

Margarita Rodríguez

BBC News Mundo

29 diciembre 2020

Actualizado 30 diciembre 2020


Cuando el filósofo australiano Roman Krznaric habla de América Latina es evidente que lo hace con un gusto tremendo.


Le cuenta a BBC Mundo sobre "la enorme espontaneidad y conexión emocional" que encontró.

Y aunque ha visitado varios países de la región a lo largo de los años, le marcó profundamente convivir con indígenas en Guatemala.

Allí, dice, obtuvo "una visión completamente diferente de la vida", en gran parte gracias "al increíble vínculo que tienen con la tierra".

"Y creo que la conexión con el mundo vivo que encuentras en la cultura maya es realmente valiosa en medio de la cultura de consumo hiperurbano de hoy".

La idea de que "necesitamos reconectarnos con la tierra y con los largos ciclos del tiempo" lo cautivó.

Y es que precisamente en su libro The Good Ancestor (El buen antepasado), Krznaric, quien enseñó sociología y política en la Universidad de Cambridge, denuncia que vivimos en "la era de la tiranía del ahora", que tiene un "cortoplacismo frenético" en la raíz de las crisis que estamos enfrentando.

Pero cree que contamos con "talentos exclusivamente humanos" para contrarrestarlo. Por eso nos habló del "pensamiento catedral", de lo que denomina como "rebeldes del tiempo" y de movimientos inspiradores en todo el mundo, como el "diseño futuro" en Japón.

Lo que sigue es un extracto del diálogo que mantuvo con BBC Mundo.


¿Por qué cree que cortoplacismo se ha convertido en una constante en la forma en que vivimos?

Hoy en día cuando la gente habla de cortoplacismo, inmediatamente pensamos en que nuestros teléfonos celulares son el problema. Los revisamos 110 veces al día, estamos inmersos en una distracción digital.

Roman Krznaric es autor de varios libros.

Pero las raíces son mucho más antiguas. En Europa, se remonta al reloj del Medioevo, cuando el tiempo empezó a ser medido y a dividirse en pequeñas fracciones.

En el siglo XIV, los primeros relojes medían cada hora. Hacia el siglo XVIII, ya medían cada minuto y para el XIX, tenían el segundero. Y eso ha hecho que el tiempo se acelere. Ahora tenemos operaciones bursátiles que se hacen en nanosegundos.

Una de las razones por las que el cortoplacismo es un gran problema ahora es porque nos hemos dado cuenta de que en el siglo XXI tenemos muchos desafíos a largo plazo: está el cambio climático y la pérdida de biodiversidad; las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y el bioterrorismo, por ejemplo.

Hay muchos temas que requieren pensar a largo plazo y la pandemia es uno de ellos.

Sabemos que los países que habían creado planes pandémicos a largo plazo han enfrentado el virus más efectivamente que los que no, por ejemplo, Estados Unidos o Brasil.

Esa es una de las razones por las que sabemos que la planificación a largo plazo importa ahora más que nunca.

De acuerdo con el filósofo, estamos inmersos en una constante distracción digital y en un "cortoplacismo frenético".

Para mí ha sido interesante ver lo que se ha comentado a propósito de mi nuevo libro: cuántas personas del ámbito médico o de la salud pública han dicho que no hay suficiente planificación a largo plazo en ese sector, ya sea en el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido o en los sistemas sanitarios de otros países.

Creo que la pandemia nos está haciendo ver los problemas a corto plazo, pero necesitamos crear resiliencia en nuestros sistemas de salud para planificar nuestra respuesta a las pandemias que podrán venir.

Y ya empezamos a conseguir que cada vez más gobiernos se den cuenta de lo que necesitan, no solo en respuesta a algo como covid-19, sino en términos de planificación a largo plazo con otros temas, como la crisis climática.

En su libro habla de la importancia del "pensamiento catedral". ¿En qué consiste y cómo se puede desarrollar?

El pensamiento catedral es la capacidad de concebir y planificar proyectos con un horizonte muy amplio, tal vez décadas o siglos por delante y, por supuesto, se basa en la idea de las catedrales medievales. En Europa, la gente comenzaba a construirlas y sabía que no las verían terminadas en el transcurso de sus vidas.

La catedral de Canterbury es una de las arquitecturas cristianas más antiguas de Inglaterra y se estima que lo que vemos hoy es una fusión de 900 años de obras de construcción y ampliación.

Se trata de hacer algo con una visión a muy largo plazo. Los seres humanos han sido muy buenos en ese tipo de pensamiento, mucho más de lo que nos imaginamos.

Esa forma de pensar permitió levantar la Gran Muralla China o viajar al espacio, construir Machu Picchu o Brasilia: no sólo era actuar para el aquí y el ahora.

Creo que es una habilidad que podemos desarrollar. Las empresas pueden hacerlo para crear planes de sostenibilidad de 100 años. De hecho, ya muchas lo están haciendo. Los gobiernos también pueden hacerlo.

El "pensamiento catedral" va más allá del aquí y del ahora, dice el experto.

Te doy un ejemplo muy específico: ¿recuerdas el accidente nuclear en Japón tras el terremoto y tsunami de 2011?

La planta de Fukushima se derrumbó y provocó un desastre, pero hubo otra planta llamada Onagawa que fue golpeada por el tsunami de una manera incluso más fuerte, pero sobrevivió porque el ingeniero que la diseñó la construyó unos 30 metros más alta de lo que realmente se necesitaba.

Él sabía que podría llegar un tsunami, aunque en ese momento quizás no había una posibilidad muy elevada. Ese es un pensamiento a largo plazo, es el tipo de pensamiento que necesitamos.

Algunas ciudades europeas, como Ámsterdam, están planeando no tener automóviles que funcionen con combustibles fósiles en sus calles después de 2030. Quieren una economía 100% circular a partir de 2050.

¿Cuáles son las implicaciones del cortoplacismo no sólo desde una perspectiva personal sino para la democracia como sistema?

Considero que hay un problema terrible con la democracia y es que no les damos derechos o una voz representativa a las generaciones futuras.

En Japón existe un movimiento llamado "diseño futuro" que considera en la toma de decisiones el impacto de una medida en las generaciones futuras.

Sabemos que nuestros políticos apenas pueden ver más allá de las próximas elecciones o del último titular. Pero también sabemos que nuestras acciones están teniendo consecuencias en todas las generaciones futuras.

Me di cuenta de esto en parte porque en los años 90 me desempeñé como científico político y, aunque aparentemente era un experto en democracia, nunca se me ocurrió que estuviésemos privando de sus derechos a esas generaciones a las que no les dimos un lugar, incluso cuando han sido afectadas por nuestras acciones.

Existen algunos movimientos realmente inspiradores en diferentes partes del mundo que le están tratando de dar un lugar a las generaciones venideras.

En mi libro The Good Ancestor, escribí sobre un movimiento en Japón que se llama "diseño futuro", el cual se basa en una idea que practican comunidades aborígenes estadounidenses y que consiste en que en el proceso de toma de decisiones se considera el impacto de una decisión en las siguientes siete generaciones.

En Japón, invitan a los habitantes de una localidad determinada para que discutan y diseñen los planes para ese lugar.

El autor quedó fascinado con "la conexión con el mundo vivo que encuentras en la cultura maya".


Generalmente se dividen en dos grupos: a uno se les dice que son los residentes del presente y a la otra mitad se les dice que son los habitantes que vivirán allí a partir del año 2060.

Uno de los resultados asombrosos es que los residentes que se imaginan a partir del 2060 conciben planes mucho más radicales y trasformadores para sus ciudades, ya sea que se trate de la atención sanitaria, de inversiones o de acciones contra el cambio climático

Se trata de un movimiento de base que se ha extendido por el país. Muchas ciudades progresistas en otras partes del mundo pueden adoptar este mecanismo para revitalizar la democracia, para reinventarla, para darle una voz a las generaciones futuras usando la imaginación.

¿Qué descubrió cuando escribía su libro The Good Ancestor?

Lo que realmente me sorprendió es que comencé a ver que hay un movimiento de lo que llamo rebeldes del tiempo en diferentes partes del mundo. Son personas que se dedican al pensamiento a largo plazo y a la justicia intergeneracional.

La pancarta de esta manifestante dice: "Faltamos a nuestras clases para enseñarte una lección" y fue expuesta en una de las jornadas de protesta de "Viernes para el futuro" de 2019.

No sabía que había tantos proyectos increíbles en todo el mundo. Por ejemplo, en Escocia, la artista Katie Paterson ha diseñado un proyecto de arte llamado Future Library, en el que cada año, por 100 años, un autor famoso dona un libro que permanecerá sin ser leído hasta el año 2114.

Ese año, los 100 libros se imprimirán en papel hecho de 1000 árboles plantados en un bosque a las afueras de Oslo. Es como un regalo para el futuro.

También está la bóveda mundial de semillas en el círculo polar ártico, que busca guardar millones de semillas dentro de un búnker de roca indestructible, diseñado para que dure 1.000 años. El objetivo es preservar la biodiversidad de plantas del planeta.

Y hay otros movimiento como el de los "Viernes por el futuro". Se trata de pensar a largo plazo, de - en cierto modo- ser un buen antepasado.

Todo eso me da una sensación de esperanza. Aunque sé que nos estamos dirigiendo a tres o cuatro grados de calentamiento global y entre uno y dos metros de ascenso del nivel del mar para 2100, también veo estos increíbles movimientos en desarrollo y otros de tipo legal que buscan darle derechos a las personas del futuro.

Algunas personas ven el futuro como algo muy distante, 100 años es mucho tiempo y lo que pase entonces no nos va a afectar. Usted, de hecho, ha dicho que "tratamos el futuro como un puesto de avanzada colonial lejano". ¿Qué quiere decir?

Creo que hemos colonizado el futuro. La humanidad, particularmente en los países ricos, trata el futuro como un puesto de avanzada colonial lejano donde podemos lanzar deshechos libremente (y causar) daño ecológico y riesgo tecnológico como si no hubiera nadie allí.

En el círculo polar ártico, hay una bóveda en un búnker en donde se están guardando millones de semillas para preservar la biodiversidad de plantas del planeta.

Es un poco como cuando Gran Bretaña colonizó Australia en los siglos XVIII y XIX. Se basaron en una doctrina legal ahora conocida como terra nelius, la tierra de nadie. Se comportaron como si no hubiesen indígenas. Por supuesto que había y así es como tratamos el futuro, como si no hubiera nadie allí.

Pero hay 7.700 millones de personas vivas hoy. Solo en los próximos dos siglos, nacerán decenas de miles de millones de personas. ¿Y cómo nos van a juzgar? Entre ellos estarán nuestros nietos y sus nietos, sus amigos y sus comunidades.

¿Y cómo nos mirarán por lo que hicimos o no hicimos cuando tuvimos la oportunidad?

Claro que creo que en la vida cotidiana ese futuro puede parecer muy lejano. No podemos sentir el aumento del nivel del mar o de la temperatura en 2100, pero podemos usar nuestra imaginación. Eso es extraordinario.

Tú o yo podemos sentarnos e imaginar a nuestros hijos. Por ejemplo, piensa en el cumpleaños 90 de tu hijo. Está rodeado de familiares y amigos y se asoma por la ventana. ¿Qué tipo de mundo hay afuera? Tal vez sea una hermosa utopía o un mundo en llamas.

Es un experimento mental. ¿Qué les diría de mí a sus amigos y familiares, qué diría de su antepasado fallecido hace mucho tiempo, sobre el legado que le dejé?

Y al hacer ese ejercicio, me doy cuenta, y esta es la parte realmente importante, de que no están solos. Veo que son parte de una comunidad, pero también de la red del mundo viviente: del aire que respiran, de la comida que hay disponible, del agua que beben.

Entonces, si me preocupo por su vida, necesito preocuparme por toda la vida.

"Nuestra tecnología, por ejemplo, está diseñada para sacar a relucir nuestro cerebro de corto plazo. Yo lo llamo cerebro de malvavisco, el que nos lleva a oprimir el botón de comprar ahora", indica Krznaric.

Creo que mucha gente puede usar ese tipo de conexión familiar con el futuro como un puente hacia algo mucho más universal. Sientes que debes preocuparte no solo por tu hijo y sus hijos, sino también por todos los niños y por el mundo del que serán parte.

Ese experimento realmente utiliza una parte única del cerebro humano que es la de pensar a largo plazo. La mayoría de las criaturas, de los animales, no tienen esta capacidad de pensar con tanta anticipación. Somos increíbles por poder hacerlo y pese a que es algo extraordinario, no la usamos muy a menudo. Hacerlo nos puede motivar a actuar.

Nuestra tecnología, por ejemplo, está diseñada para sacar a relucir nuestro cerebro de corto plazo. Yo lo llamo cerebro de malvavisco, el que nos lleva a oprimir el botón de "comprar ahora".

Estamos por despedir un año marcado por una pandemia que ha tenido un efecto trágico en millones de personas. ¿Cómo se recordará 2020 en los años por venir?

Creo que depende de la perspectiva desde donde lo mires. Avancemos hasta el 2120 ¿vamos a recordar este año? Tal vez no. Quizás no lo recordemos por la pandemia en lo absoluto, sino como otro año en el que no tomamos medidas contra el cambio climático.

"Debemos aprender a convertirnos en pensadores de catedrales. Debemos empezar a planificar a largo plazo. Si no podemos aprender esta lección de 2020, no habremos aprendido casi nada y eso será una tragedia", señala Krznaric.

Otro año en el que no emprendimos acciones para evitar la pérdida de biodiversidad, podría ser que la pandemia vaya a ser vista como un pequeño problema, solo un momento en el que miramos hacia atrás en la historia.

Pero, por supuesto, creo que también puede habernos mostrado dónde fallamos y lo que es posible.

Hemos visto fracasos terribles de algunos gobiernos para hacer frente a la pandemia, pero al mismo tiempo, hemos visto países que realmente asumieron este desafío con efectividad.

Aunque covid-19 tiene mucho que ver con lo inmediato, con el presente, con una familia que ha perdido a un ser querido o un gobierno lidiando con el desempleo masivo, para mí, covid-19 es un momento para mirar hacia atrás y ver si aprendimos algo sobre la importancia de pensar a largo plazo.

Es darnos cuenta de que esta no es la única pandemia que vamos a experimentar. Habrá otra y otra después de esa, especialmente en un mundo más globalizado.

Por lo tanto, debemos aprender a convertirnos en pensadores de catedrales. Debemos empezar a planificar a largo plazo. Si no podemos aprender esta lección de 2020, no habremos aprendido casi nada y eso será una tragedia.

Pero si podemos reconocer que debemos ser buenos antepasados, que no podemos simplemente responder al presente, que debemos pensar a largo plazo, ya sea que hablemos de la ecología del planeta o de los riesgos tecnológicos o de la próxima pandemia que pueda estar en el horizonte, si hacemos eso, podremos llamarnos buenos antepasados, los ancestros que merecen las generaciones futuras.

¿Qué nos ha revelado la pandemia sobre nosotros mismos?

Creo que lo que ha creado es una revolución de empatía.

"Tú o yo podemos sentarnos e imaginar a nuestros hijos en su cumpleaños 90 (…) ¿Qué tipo de mundo hay afuera? Tal vez sea una hermosa utopía o un mundo en llamas", reflexiona el autor.

En mi calle, por ejemplo, normalmente casi no nos hablábamos, pero tan pronto se desató covid-19, de repente creamos un grupo de WhatsApp con más de 100 hogares y estamos entregando alimentos a personas vulnerables o personas mayores que no pueden salir, compartimos recetas de pan y otro tipo de cosas.

Y creo que lo has visto en todo el mundo: las comunidades se han unido para ayudarse entre sí.

Los seres humanos somos muy buenos en crisis. Vamos más allá de simplemente sentir miedo. No nos limitamos a cerrar la puerta para cuidarnos.

Como sucedió después del 11 de Septiembre y durante el huracán Katrina, a menudo las comunidades trabajan muy bien juntas, y creo que lo que covid-19 ha mostrado en muchos sentidos, es un lado muy positivo de nuestra capacidad para cooperar, confiar y mostrar empatía.

Junto a todas las tragedias, covid-19 nos ha dicho algo sobre nuestro yo social, que somos homo empathicus, no sólo homo self-centricus.

Somos el mamífero más sociable que existe y eso se está viendo.

Por supuesto, todavía somos muy egocéntricos y nos gusta oprimir el botón de "comprar ahora" y nos quedamos atrapados en el corto plazo. Pero la covid-19 ha puesto sobre la mesa algo bueno entre los seres humanos, particularmente en el nivel comunitario.

También hemos visto personas que por alguna razón no quieren usar mascarillas y que dicen que es su derecho no hacerlo. Otras que acuden a concentraciones para protestar contra las medidas de confinamiento porque dicen que atentan contra su libertad.

Sí, creo que eso también nos dice algo sobre la naturaleza humana. Eso que en el siglo XVIII decía el filósofo escocés David Hume: los seres humanos somos tanto palomas como serpientes. Tenemos nuestros propios intereses, pero también somos cooperativos.

La pandemia ha desatado innumerables muestras de solidaridad y empatía en el mundo.

Habrá gente que no quiera usar mascarillas, que no quiera formar parte de ese movimiento comunal por el bien público.

Y eso en parte habla sobre cómo somos los seres humanos. Habla de los valores que hemos heredado del siglo XX, los valores del individualismo y de un énfasis excesivo en uno mismo y no siempre de los valores colectivos.

Pero claro, tienes razón, ese otro lado también ha salido a la luz porque hay lados más oscuros de la naturaleza humana. Somos seres complejos.

No soy utópico sobre lo que es el ser humano, pero también creo que es muy notable la solidaridad que se ha dado.

Que haya gente que no quiere usar mascarillas no me sorprende, lo que me sorprende en el buen sentido es esa explosión, por ejemplo, de todos los grupos de WhatsApp que se han formado para ayudar, de la cooperación que se ha dado entre la gente.








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sábado, 2 de enero de 2021

MACAMBO Y SACHA INCHI, PLANTAS ALIMENTICIAS Y CURATIVAS PARA COMUNIDAD AMAZÓNICA

Entre las especies alimenticias que cultiva la comunidad amazónica Ziora-Amena, del municipio de Leticia, está el Bejuco Sacha (Plukenetia volubilis), cuyas semillas son reconocidas por su uso popular como coadyuvante en tratamientos para reducir el colesterol total y LDL en plasma, y aumentar el colesterol “bueno” (HDL) y las proteínas.


Así mismo, el aceite de esta planta se ha usado para curar heridas, tratar mordeduras de insectos, además de tratar infecciones de la piel.

Esta es una de las 12 especies vegetales que reseña una cartilla que está preparando el grupo de investigación FaMeTra- Farmacología de la medicina tradicional y popular de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), luego de un trabajo conjunto de investigación con los cultivadores de la comunidad y, especialmente los abuelos, quienes los guiaron en torno al conocimiento ancestral de las plantas que se cultivan en la chagra.

La chagra es el sistema agroforestal tradicional de las comunidades indígenas de la amazonía, en la que se tiene un área de diversos cultivos transitorios y otra zona de rastrojo, en la que se espera que la vegetación natural se regenere para volver a cultivar.

La comunidad también utiliza el macambo (Theobroma bicolor) -conocido comúnmente, como bacao, maraca, maracas, maraco, cacao, chocolatillo, macambu, macao o marroca- como bebida refrescante y antioxidante. Este árbol, que alcanza una altura de 7 a15 m, es de hojas oblongas u ovadas, tiene un fruto elip­soidal, de 25-35 cm de largo y 8-12 cm de ancho, con cascara leñosa y dura, y semillas ovales planas cubiertas pulpa amarilla.

Según comenta el profesor Giovanny Garavito, del Departamento de Farmacia, el proyecto nace como una manera de retribuir a los miembros de esta comunidad indígena, “por las enseñanzas y el trabajo conjunto de investigación en plantas medicinales con actividad antiparasitaria, desarrollado durante más de 16 años”.

Al respecto, el docente indicó que con este trabajo se buscó recuperar y documentar las prácticas tradicionales en salud de la comunidad y, a partir de ellas, generar una propuesta de valor acorde con el contexto sociocultural y las oportunidades de la zona.

Sobre el Sacha Inchi, del cual se aprovechan básicamente las semillas como alimento, la cartilla elaborada por el grupo de trabajo de la UNAL, reseña nombres comunes, como maní estrella, chocolate corona y maní inca. Esta planta es, básicamente, un bejuco de tallo duro con corteza desprendiendo en tiras, frutos axilares de color verde brillante en forma de estrella (3-5 cm); a medida que madura, el color cambia de verde a marrón negruzco, las cápsulas contienen semillas ovaladas comestibles de color marrón oscuro, hojas verdes con fuerte olor y sabor amargo, flores blanquesinas.

Las semillas, son ricas en ácidos grasos insaturados, en particular el ácido a-linolénico (omega 3) y, en menor proporción el ácido linoleico, (Omega 6) y omega 9; son tostadas para su empleo, en tanto que un valioso aceite puede ser obtenido de estas. El aceite de sacha inchi resulta una alternativa al aceite de pescado que, aunque también es rico en omega-3, presenta un sabor poco aceptable para algunas personas, situación que no se da con el aceite de sacha. En cuanto a propiedades terapéuticas y/o farmacológicas, se destaca que el consumo de ácido linoleico reduce el colesterol total en plasma y el colesterol LDL, con aumento de colesterol HDL.

La guía elaborada por el equipo de la UNAL destaca que como efectos secundarios pueden presentarse náuseas, eructos, sofocos, dolor de cabeza, calambres y estreñimiento, que disminuyen durante la primera semana, confirmando que los productos naturales también se acompañan de precauciones y contraindicaciones. En relación con la seguridad, se precisa que algunos estudios muestran que el aceite, en general, es seguro en roedores (duración 60 días) y en humanos (duración cuatro meses).

En cuanto al macambo, la pulpa del fruto se utiliza para consumo directo o en jugos, mientras que sus semillas se han utilizado como una especie de cacao o cocidas a la brasa, reseña el documento preparado por el equipo de FaMeTra. Entre los principales constituyentes, el equipo investigativo menciona que las semillas contienen cafeína y trazas de teobromina y teacrina.
 
Otras epecies promisorias que seran incluidas en el folleto son: Copoazú (Theobroma grandiflorum), Mucuracaá (Petiveria alliacea), Sacha Ajo (Mansoa alliacea), Uva caimarona (Pourouma cecropiifolia), Canangucho (Mauritia flexuosa), Umari (Poraqueiba sericea), Guama (Inga edulis), Huito (Genipa americana), Asai (Euterpe precatoria).

Este trabajo forma parte de un proyecto de Extensión Solidaria aprobado por la Universidad, con el fin de retribuir la colaboración de esta comunidad indígena en la investigación alrededor de la medicina tradicional.

Para la elaboración de las fichas de cada una de las especies vegetales reseñadas en la cartilla fueron explorados los diferentes valores expresados por los usuarios de la biodiversidad en el contexto de la chagra amazónica colombiana, empleando una metodología rápida y sensible a la percepción de los individuos, para cuanti­ficar la importancia relativa cultural que los actores dan a bienes y servicios de la biodiversidad.

Para el profesor Garavito, es necesario avanzar en alternativas que, en acopio del contexto social y oportunidades del territorio, permitan recuperar el interés de las nuevas generaciones en la chagra amazónica y con ello preservar el conocimiento tradicional en riesgo en la actualidad.

 

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